> Mapas Espai Tactel Imágenes que ladran Hay muchos modos de vivir e interpretar la ciudad. En las últimas décadas se ha extendido y formalizado una determinada manera de pensar el espacio público y, de acuerdo a ello, se ha implantado una forma urbana grandilocuente, con una arquitectura ostentosa que ha querido convertirse en el faro que guiara a la ciudadanía bajo el auspicio de grandeza de la más mediocre gobernanza política. Ha interesado –porque interesa siempre a quien manda- dirigir los focos de atención a la superficie, elaborar una narración épica que infunda aliento a la masa, que inspire y entretenga, mientras deja libre el campo de acción a quienes toman por nosotros las decisiones. Seguramente no será necesario que entremos aquí al pormenor de las consecuencias que esa megalomanía ha tenido en nuestro entorno urbano y natural, así como los efectos económicos directos e indirectos sobre la vida de cada persona. Todo aquello no era gratis. Pero más allá de esas circunstancias, ahora ya irrebatibles, hay que valorar las secuelas que sobre cada individuo ha producido esa alteración en la percepción de la realidad.
Chuso Ordi (Barcelona, 1968) presenta en Espai Tactel, bajo el título Mapa de la vida ladrando, el resultado de su nueva línea de investigación artística, junto a piezas de dibujo vectorial que proceden de sus elaborados trabajos de animación videográfica, realizados para Dorian Wood o Fur Voice, entre otros. Chuso Ordi abandona en su nueva serie las herramientas digitales con las que ha logrado resultados impecables. Sale de su estudio para pisar la calle y, acompañado de la precariedad simbólica de cámaras estenopeicas realizadas a partir de latas, deambula por el extrarradio barcelonés en un ejercicio de renuncia consciente del alarde técnico que ha caracterizado a nuestra sociedad, huyendo del centro y de sus emblemas, para mirar de frente esa realidad urbana que ha quedado parapetada tras el resplandor de la ciudad publicitada. El resultado son collages en los que se hibrida la imagen sinuosa de la periferia con la intervención gráfica sobre papel fotográfico, un triunfo de la subjetividad que reivindica el recuerdo personal sobre la asepsia de la urbe. Lo que vemos es solo una realidad plana, alcanza su profundidad cuando interviene el filtro de nuestra emociones. Cada una de las piezas se convierte en una especie de soporte multipantalla en el que conviven numerosas imágenes que activan en el espectador la experiencia torrencial a la que las nuevas tecnologías nos tienen habituados, pero en este caso mediante procedimientos analógicos y buscando una complicidad más íntima para lograr una experiencia en la que se activen los registros sensibles de quien observa, a partir del particular archivo vital registrado en su memoria.
Chuso Ordi pertenece a una generación de creadores que investigan en torno al papel del propio artista y de los sujetos hacia las sociedades y dentro de un contexto concreto. En esta ocasión nos presenta una serie de fotografías realizadas durante un año con cámaras estenopeicas construídas de forma casera por el artista. Este ejercicio llava cuestionar las imágenes como capturas de espacios y situaciones, capturas entendidas como el "encarcelamiento" de icono grafías concretas que contienen información y que, juntas, plantean un contexto concreto. "Mapa de la vida ladrando" supone una reinterpretación de los alrededores de la ciudad de Barcelona, configurándose diversos iconos planteados desde el proceso fotográfico, como luces y sombras como protagonistas, entre lo objetivo y lo subjetivo, la interpretación y la documentación y por el análisis de lo que nos rodea. La muestra significa el registro fotográfico distorsionado de espacios que hacen de alegoría a lo arquitectonico y al espacio en sí mismo, fantasmagórico, en el que parece que la humanidad se está destruyendo lentamente, llena de seres que inquietan y que pertenecen a un mundo icónico que forman parte de nuestro imaginario colectivo
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